Este 24 y 25 de febrero se desarrolló en Coquimbo el Congreso Nacional de la Unión Portuaria de Chile, contando con la presencia de representantes de la mayoría de puertos del país.
La asistencia al Congreso reflejó el avance organizativo desde el encuentro anterior, celebrado en Tocopilla en octubre del año pasado, habiéndose sumado más puertos al proceso. Los trabajadores portuarios sienten la necesidad de contar con una sólida organización a nivel nacional para la defensa y promoción de sus intereses.
Balance del paro del 15 y 16 de febrero
Los presentes hicieron un balance puerto a puerto de las movilizaciones efectuadas durante los días 15 y 16 de febrero.
Como ejemplo, Juan Aguirre, integrante del Sindicato de Movilizadores de Coquimbo, señaló refiriéndose al paro en su ciudad: "Lo importante es que todo se coordinó bien, todo bien programado porque la entrada que era lo principal no se abandonó no entró ni salió nadie". Agregó también que se realizó una marcha, que calificó de exitosa, al igual que Heriberto Molina, del Sindicato de Estibadores del mismo puerto: "fuimos bien aplaudidos por la comunidad acá en el centro. La gente comentaba y estaban de acuerdo con la lucha que estábamos dando, que es lo principal".
La impresión más extendida es que las jornadas supusieron un toque de atención importante al gobierno para que no desatienda las demandas de los portuarios.
Se destacó el alto nivel de paralización logrado (un 80% a nivel nacional) y se comprometieron a seguir desarrollando protestas en el caso de que el gobierno siga haciendo oídos sordos.
Impuestos malhabidos
Es uno de los asuntos más candentes y que estuvo en la raíz de las pasadas movilizaciones. En este Congreso se valoraron propuestas técnicas para su resolución. Gonzalo Díaz, asesor económico de la Unión Portuaria del Bio Bio, expuso la apropiación fiscal indebida, desde 1981 hasta 2010, de impuestos pagados por los trabajadores portuarios y planteó la urgencia de una ley de reparación que devuelva a los trabajadores ese dinero que no se les debió descontar.
El abogado Óscar Menares planteó los posibles formatos de dicha reglamentación y las alternativas jurídicas con que cuentan los trabajadores. En todo caso, para lograr modificaciones legales, es necesario poner en marcha medidas de presión hacia el gobierno, que se ha mostrado insensible hacia la demanda de los sectores sociales y sólo entiende el lenguaje de la movilización, lo vimos el año pasado con los estudiantes y ahora lo vemos en Aysén.
La agenda del sector
Las licitaciones de algunos puertos también suscitaron la inquietud de los presentes, que plantearon que de ningún modo podrían llevarse a cabo lesionando los derechos de los trabajadores y llamaron a estar atentos al respecto.
David Cepeda, dirigente sindical del puerto de Iquique, planteó la reforma del sistema de la tarjeta portuaria para evitar que la patronal la siga utilizando como forma de debilitar al sindicalismo del sector.
La propuesta de tarifado nacional mínimo, elevando las remuneraciones de los trabajadores de los puertos que reciben jornales más bajos, fue otro tema que concitó un amplio debate. Se planteó la urgencia de fortalecer el sindicalismo con características unitarias, de base y combativo y de elevar los niveles de conciencia de los puertos más atrasados como forma de conseguir avanzar conjuntamente a nivel nacional.
José Agurto, dirigente de la Unión Portuaria del Bio Bio, hizo hincapié en la necesidad de conseguir que las “nombradas” (la bolsa de trabajo) queden bajo control sindical allí donde no lo estén y de pelear su mantenimiento allá donde la patronal quiera eliminar esa potestad del sindicato. Son una herramienta fundamental de poder de los trabajadores.
La seguridad y la higiene laborales fueron otro tema que marcó el desarrollo del Congreso. La Unión Portuaria del Bio Bio presentó una propuesta de reglamentación del trabajo portuario para mejorar los estándares de seguridad, que actualmente se encuentran muy por debajo de los de otros países del entorno.
También se concretó acerca de la definición de “trabajador portuario” y de “recinto portuario”, con el objetivo de evitar abusos por parte de las empresas aprovechando el vacío legal existente o la laxitud de las reglamentaciones al respecto.
El Congreso decidió instar al gobierno a instalar en breve plazo una mesa de trabajo para abordar todos estos temas.
La herramienta de los trabajadores: el sindicalismo de base, democrático y unitario
Nelson Santander, del sindicato de estibadores marítimos de Coquimbo, manifestó que se debe tender hacia la superación de la fragmentación de la organización de trabajadores del sector, superando la duplicidad sindical y yendo hacia la creación de sindicatos únicos por puerto. En Coquimbo los cinco sindicatos existentes (Estibadores Marítimos, Movilizadores Portuarios, Embaco, Sitremapo y Sinesport), que han creado una coordinadora para tratar el tema de la licitación, se lo están planteando seriamente como forma de avanzar en la organización de los trabajadores.
Victoriano Rojo, de Sinesport, planteó la existencia de temas comunes que interesan a todos y que precisan de mayores niveles de unidad, como la consecución de la definición del trabajo portuario como trabajo pesado, para conseguir la jubilación a los 55 años, así como crear un sistema de seguridad social apropiado para los compañeros retirados, un tema que fue ampliamente tratado también en este encuentro. "No se trata tan solo de una cuestión de que el trabajo sea pesado y riesgoso, es que a los 55 o 60 años ya no te reciben... el sistema a ti te tira pa fuera" agregó Rojo.
Luis Rossende, presidente del Sindicato Unificado de trabajadores Portuarios Eventuales de Arica, se refirió al amedrentamiento y persecución hacia la organización sindical por parte de la empresa Ultraport, que en el año 2007 lo despidió junto a otros 15 trabajadores luego de una movilización. Los representantes de Coronel, a su vez, hicieron alusión a las reiteradas prácticas antisindicales de la empresa Ultramar. Los presentes se comprometieron a iniciar acciones para que tanto la una como la otra depongan su actitud.
Varios asistentes señalaron la necesidad de tender a eliminar la barrera artificialmente creada, y funcional a los intereses de la empresa, entre trabajadores fijos y eventuales en el seno de los sindicatos portuarios.
Solidaridad internacional
El encuentro contó con la presencia de los compañeros Mauricio Zarzuelo, del Sindicato Único de Trabajadores de Administraciones Portuarias de Argentina y Carlos Ures, del Sindicato Único Portuario de Uruguay.
Zarzuelo expuso los problemas a los que se enfrentan los trabajadores portuarios en Argentina y animó a los portuarios de Chile a aunar esfuerzos para contribuir a la unidad de los trabajadores latinoamericanos, única manera de hacer frente al capitalismo globalizado. Llamó a los trabajadores portuarios chilenos a unir fuerzas a los trabajadores portuarios que en toda América Latina se están agrupando en la Internacional de Trabajadores Portuarios, la IDC.
Ures aludió en su intervención a los orígenes libertarios del movimiento obrero uruguayo y a su histórico carácter unitario y de clase y dijo estar muy contento de comprobar la determinación de los portuarios chilenos para conseguir sus justas demandas. Se refirió a los estragos hechos por la represión de las dictaduras militares del Cono Sur en forma de asesinatos, torturas y empeoramiento de las condiciones laborales y llamó a no olvidar y recuperar el terreno perdido con la fuerza de la organización y la lucha de todos los trabajadores.
También se recibió el saludo de los trabajadores portuarios de la Confederación General del Trabajo de Barcelona, que enviaron un mensaje de apoyo a la Unión Portuaria de Chile y animaron a los presentes a continuar en la lucha por la dignidad y la justicia social.
Unión obrero-estudiantil
Los trabajadores portuarios se distinguieron por el apoyo activo prestado a los estudiantes durante los 7 meses de movilizaciones y protestas en pro de una educación pública, gratuita, de calidad y al servicio del pueblo.
El movimiento estudiantil, que contó con una nutrida presencia en el Congreso como invitados, no quiso pasar la ocasión de agradecer a la Unión Portuaria por su solidaridad.
Recaredo Gálvez, de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción, apuntó a la necesidad de articular el movimiento estudiantil con las luchas de los trabajadores para conseguir así los cambios que precisa el país.
Tomás Garrido, de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Valparaíso, expuso el apoyo entregado durante el Paro Portuario del 15 y 16 de febrero en su ciudad y se comprometió a seguir rodeando de solidaridad las luchas que emprenda la Unión Portuaria de Chile.
Felipe Ramírez, de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, ofreció todo el apoyo del movimiento estudiantil a las demandas de los trabajadores portuarios, que calificó como justas y legítimas, y planteó la elaboración conjunta de una propuesta de Reforma Tributaria para acabar con la regresiva distribución de impuestos en nuestro país.
Avanzando con la fuerza de los que luchan
El Congreso acordó por unanimidad afianzar los lazos con otros sectores populares para avanzar en las demandas compartidas, pues finalmente es el injusto modelo económico imperante en Chile el que perjudica no sólo a los portuarios, sino al conjunto del pueblo, y sólo movilizándose todos los que los sufren se podrán conseguir los cambios de fondo que se necesitan.
La conformación en la VIII Región del Consejo de Sindicatos de la Exportación, formado por sindicatos portuarios, mineros y forestales, así como la articulación que se consiguió el año pasado con el movimiento estudiantil, son ejemplos a tener muy en cuenta.
La Batalla de los Trabajadores
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