miércoles, 4 de mayo de 2011

La “narrativa” de la muerte de Bin Laden



Por Iñigo Sáenz de Ugarte

Osama bin Laden utilizó a su mujer como escudo humano durante el asalto de las tropas norteamericanas.
Falso.
Osama bin Laden estaba armado y respondió al ataque.
Falso.
La casa en la que se escondía costó un millón de dólares.
Falso (quizá haya también burbuja inmobiliaria en Pakistán, pero la última información es que ni siquiera tenía aire acondicionado).
Esto último es lo menos importante. Lo que no es irrelevante es que se ha tardado menos de 48 horas en descubrirse que elementos fundamentales del relato sobre la eliminación de Bin Laden han resultado ser falsos. Eran aspectos tan fundamentales que sirvieron como materia prima para muchas portadas de prensa y para fijar en la mente de la gente las condiciones en que murió el líder de Al Qaeda.
“Desde una perspectiva visual aquí es Bin Laden quien ha estado llamando a estos ataques, que vive en este complejo de millones de dólares, que vive en una zona que está muy lejos del frente, escondiéndose detrás de mujeres que se pusieron en frente de él como un escudo”, dijo Brennan [John Brennan,Consejero del Presidente en la lucha Antiterrorista] al mundo desde el podio de la Casa Blanca el lunes. “Creo que en realidad esto sólo habla de cuán falso ha sido su relato ha sido en los últimos años.”
La cobardía del criminal quedaba de manifiesto. Viviendo de forma lujosa. Lejos del frente de batalla. Escondido detrás de mujeres. ¿Hacía falta algo más?
Me gusta esa palabra. Narrativa. “White House Corrects Bin Laden Narrative”es un mensaje de Twitter del NYT de la tarde del martes. Esa es la clave. Con la información que estaba en su mano, construyeron un relato con piezas falsas. No es ninguna novedad. Ocurrió lo mismo en el caso de Jessica Lynch y Pat Tillman.
Uno imaginaba que en la culminación de la caza de Bin Laden serían más cuidadosos con la “narrativa”. Que no cometerían los errores (¿o en realidad no lo son?) habituales en la época de Bush.
Bin Laden “se resistió”. Por tanto, tuvo que ser eliminado. El primer día, se dijo, a través de fuentes anónimas, que no había orden de cogerle vivo. Luego, eso se desmintió. Fueron las circunstancias de la operación y la resistencia presentada por los ocupantes de la casa los factores que condujeron a que Bin Laden acabara con dos balas, una en el pecho y otra en la cabeza.
“En el primer piso del edificio de Bin Laden, dos mensajeros de Al Qaeda mensajeros fueron asesinados junto con una mujer que murió en el fuego cruzado”, dijo Carney [SECRETARIO de prensa de la Casa Blanca]. “Bin Laden y su familia se encuentraban en el segundo y tercer piso del edificio. Existía la preocupación de que Bin Laden se opondría a la operación de captura, y de hecho se resistió”.
Según la nueva versión, las personas que estaban en la primera planta sí que abrieron fuego contra los asaltantes. Bin Laden estaba en otra planta junto a su mujer. La mujer se lanzó contra un soldado. No iba armada y recibió un tiro en la pierna.


¿Cómo se resistió Bin Laden estando desarmado?
“Él se resistió. El personal de EEUU se manejaó con la máxima profesionalidad y él fue asesinado en la operación debido a la resistencia que opuso”, agregó Carney.
Los SEAL que protagonizaron el asalto son la élite de las unidades de Fuerzas Especiales. No son gente que se ponga nerviosa ni siquiera en una operación en un país extranjero contra el líder de la organización criminal responsable de la muerte de 3.000 norteamericanos. No los entrenan para eso.
Pero de alguna manera Osama bin Laden se resistió. ¿Cómo?
No es necesario llevar un arma de fuego para resistirse, dicen. Obviamente. Uno puede esconderse. Forcejear. Intentar escapar por una ventana. ¿Cuál de todas esas razones obligan a un soldado que, sin ánimo de ofender, es una máquina de matar a meterle un tiro en la cabeza a la presa?
¿Se puede llegar a la conclusión de que se trata de una operación militar muy arriesgada en la que las bajas son inevitables o por el contrario estamos ante una ejecución revestida inicialmente de elementos de ficción para utilizarla como materia prima de la propaganda?
Es lo que ocurrió en el caso de Jessica Lynch. Se vendió una valiente operación de rescate en condiciones máximas de riesgo cuando en realidad no fue tal. Es lo que ocurrió en el caso de Pat Tillman. Se vendió la muerte de un bravo soldado (con una historia personal ejemplar) en combate con el enemigo cuando en realidad se trataba de un incidente de fuego amigo.
La ‘narrativa’ de la guerra contra el terrorismo nos ha acostumbrado al argumento (cosecha de Cheney) de que el Gobierno tiene derecho a mentir en estos asuntos.
Da la impresión de que se está cumpliendo hasta la última letra.
Ya en el campo del culto a la personalidad que es responsabilidad de los medios de comunicación, podemos encontrar algún ejemplo sobre la construcción de la figura del cowboy, tantas veces adjudicada a George Bush. El papel tiene un nuevo actor. Ahora Obama es “el hombre que mató a Liberty Valance”.
Menos mal que en la propaganda no obligan a pagar derechos de autor.
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También hay mensajes confusos respecto a la posible difusión de imágenes del cadáver de Bin Laden (para despejar dudas y cortar de raíz cualquier teoría de la conspiración). El director de la CIA lo tiene claro. Más tarde o más temprano, alguna foto se hará pública:
El gobierno, obviamente, ha estado hablando de la mejor manera de hacer esto… No había ninguna duda de que en última instancia, una fotografía se presentará al público. Obviamente, yo he visto esas fotografías. Las hemos analizado y no hay duda de que (el muerto es) Bin Laden.
A esta hora, la Casa Blanca afirma que la decisión no está tomada y que se está discutiendo sobre sus ventajas e inconvenientes.
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Les falta la sutileza de The Sun. Se han enterado de que Bin Laden no disparó un arma, pero da igual. Tampoco las llevaban las víctimas del 11-S y el 7-J. Apunten. Fuego.

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