jueves, 28 de agosto de 2008

5 de septiembre de 1970

Santiago de Chile

Paisaje después de las elecciones. En un acto de imperdonable mala conducta, el pueblo chileno elige presidente a Salvador Allende. Otro presidente, el presidente de la empresa ITT, International Telephone and Telegraph Corporation, ofrece un millón de dólares a quien acabe con tanta desgracia. Y el presidente de los Estados Unidos dedica al asunto diez millones: Richard Nixon encarga a la CIA que impida que Allende se siente en el sillón presidencial, o que lo tumbe si se sienta.

El general René Schneider, cabeza del ejército, se niega al golpe de Estado y cae fulminado en emboscada:

Esas balas eran para mí —dice Allende.

Quedan suspendidos los préstamos del Banco Mundial y de toda la banquería oficial y privada, salvo los préstamos para gastos militares. Se desploma el precio internacional del cobre.

Desde Washington, el canciller Henry Kissinger explica:

No veo por qué tendríamos que quedarnos de brazos cruzados, contemplando cómo un país se hace comunista debido a la irresponsabilidad de su pueblo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Búsqueda